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Partiendo de un pueblo catalogado como uno de los más bellos de Francia, una villa medieval de carácter montañés, con muros de esquisto y tejados lloseados, una iglesia románica y un antiguo castillo feudal del siglo XIII que domina el valle, este paseo nos lleva a la encrucijada de la vegetación mediterránea y pirenaica.
Se trata de un paseo fácil para senderistas experimentados, de no más de 3 horas de dificultad. Lleve calzado para caminar, agua y sombrero.
Coche compartido desde Molitg, otros puntos de encuentro previa petición.