El Fumista, el poeta con alma de niño, viaja en el tiempo tras las huellas de sus abuelos. Nos lleva en un viaje íntimo, absurdo, surrealista y sensible al corazón de sus recuerdos más salvajes y tiernos.
Y para no olvidar nada, El Fumista los conserva concienzudamente en botellas y tarros de cristal. Un viaje poético al corazón de la memoria y el recuerdo.