En el corazón del bosque de Osséja, a 1916 metros de altitud, los dos orris de la Jaça d'orri d'Andreu forman parte del patrimonio local desde hace generaciones. Antiguamente utilizados por los pastores, más tarde fueron utilizados por los agricultores para guardar el material de su ganado, antes de ser abandonados a los excursionistas y caer poco a poco en el abandono.
Rémy, vecino del pueblo, decidió invertir en este refugio, renovarlo y convertirlo en un refugio vigilado.
Ahora funcionan seis amarres, así como el servicio de restauración, que utiliza productos locales de calidad.
Es un lugar cálido y acogedor para venir con la familia, la pareja o los amigos a dar un paseo o hacer senderismo por la zona.